POR FERNANDO CHAVES ESPINACH / fernando.chaves@nacion.com
La cantante española ofreció un espectáculo enérgico, variado y repleto de sorpresas para un Teatro Melico Salazar lleno la noche del miércoles
Asistir a un concierto de Rosana no es muy diferente de irse de fiesta con una amiga querida. La cantante española viene con frecuencia, así que el público tico ya está acostumbrado a sus canciones. Sin embargo, como esa amiga especial, siempre tiene una nueva confesión, un nuevo relato que encanta.
La noche de este miércoles, la intérprete de A fuego lento ofreció el primero de sus dos conciertos en el Teatro Popular Melico Salazar como parte de su 8 lunas tour .
La presente gira promociona el disco 8 lunas , en el cual reinterpreta canciones suyas a dúo con cantantes como Rubén Blades y Jesús Navarro (Reik). Para su presentación en Costa Rica trajo a su banda: cuatro cómplices de su desbordada energía y encantadora presencia sobre escena.
Al frente. La encargada de abrir el telón fue la cantante tica Xiomara. A las 8:10 p. m. empezó a calentar las voces del público –un teatro lleno– con Buscaré . Los temas Dizque amiga , Nada es real (su nuevo sencillo) y Solo quiero que estés bien , fueron cálidamente recibidos por los asistentes; el último, incluso, fue apoyado por quienes se animaron a cantar el coro.
Cerca de las 8:30 p. m., un escenario discreto, con proyecciones coloridas al fondo, dio la bienvenida a Rosana y su banda. Cálida y sonriente, abrió el concierto con El talismán .
“¡Qué alegría estar otra vez aquí!”, saludó tras Todo es empezar . Del público le gritaban “¡Gracias, Rosana!”, pero ella sabe que este cariño es una relación en doble vía y respondió: “¡Gracias por dejarnos quererlos tanto!”.
Aunque el sonido no estuvo al máximo de su calidad, lo que dificultaba escuchar sus palabras, el público vitoreó cuando continuó con Te debo este sueño . “Cuéntenme: ¿por qué están tan tímidos?”, bromeó Rosana.
Su voz, como siempre, fogosa y envolvente. El público, al inicio quieto en sus asientos, se calentó definitivamente con Yo no te dejo marchar , Vivir sin miedo y Soñaré . Así empezó el constante ascenso de energía que colmó de música el teatro por dos horas repletas de baile y cariñosos versos.
Con Hoy , medio teatro se puso en pie para bailar. Rosana lanzó las primeras líneas de su conocida Si tú no estás aquí y frenó de pronto, para bromear con la audiencia sobre las formas en las que uno disimula cuando no se sabe una canción en un concierto. Entre broma y broma, la cantautora se va ganando el cariño de sus seguidores, y el concierto se hace una divertida sucesión de canciones y pequeñas conversaciones.
Con Magia y Llegaremos a tiempo , anunció que se acercaba la despedida a poco más de una hora de haber arrancado. El público exigía más, pero se fue. Con el escenario a oscuras, como canta Rosana, “todo el silencio se hace canciones”: los presentes pedían tantas canciones más que tenía que regresar.
Para la segunda parte del espectáculo, la banda entera se sentó en sillas dispuestas al frente, entre luces más íntimas, para acercar a las butacas canciones como Mi trozo de cielo y Carta urgente .
Con cada canción, Rosana siguió elevando la temperatura emocional, como en su desgarradora interpretación de Tormenta de arena . Con una mezcla de Contigo y A fuego lento , caminó por todo el teatro tomándose fotos con sus fans, pero volvería a escena para aún más canciones: si por sus fans fuera, allí seguiría cantando.